El concepto de seguridad doméstica o de protección en el hogar suele restringirse a la vivienda propiamente dicha y, a lo sumo, a proteger el jardín. Tiene sentido, ya que es ahí donde desarrollamos la mayor parte de la vida familiar. Pero no hay que olvidarse del garaje, ya que debido a sus peculiaridades, es una parte de la vivienda que requiere de una atención especial. Se trata de uno de los puntos débiles de la casa, por eso hoy te enseñamos cómo protegerlo.
Existen muchos tipos de garajes, por lo que no existe un plan de protección común para todos ellos. . Estos serían, en líneas generales, los tipos de garajes más habituales:
Ordenados de más seguro a menos seguro:
A él solo acceden vehículos pertenecientes a los propietarios del inmueble al que pertenece. Es el más usual en viviendas unifamiliares, el que permite mayor discreción y también el más seguro.
Muy habitual en comunidades de vecinos, sobre todo cuando se trata de bloques de apartamentos. Cualquier vecino puede ver qué hay en nuestro garaje y hay mayor tránsito de personas.
Descubre cómo proteger tu urbanización con la seguridad para comunidades de propietarios
Similar al caso anterior pero sin cerramientos ni paredes. Puede contar con servicio de vigilancia y presenta mayor riesgo al no conocer a todos los usuarios.
Aunque forme parte de un recinto delimitado, la mayor parte de su estructura está al aire libre. En ocasiones, ni siquiera el usuario tiene garantizado el uso exclusivo de una plaza.
Existe una gran variedad de medidas de seguridad que se pueden utilizar para proteger nuestro garaje. Estas son las más habituales:
Los robos en garajes se producen la mayoría de las veces por descuidos de los usuarios o por la utilización de medidas de seguridad desfasadas. Por lo tanto, es un problema que puedes evitar si tomas las medidas oportunas y te permitirá también sentirte más seguro en tu hogar.
Si este contenido te ha resultado interesante, puede que también te sea útil saber: