Índice de contenidos
La ciberseguridad no deja de escalar posiciones entre las principales preocupaciones de empresas y familias, debido al creciente peso de Internet en nuestro día a día. ¿Y cuál es el elemento más expuesto a posibles ataques en la red? Sin duda, nuestro correo electrónico. A continuación, te mostramos qué puede suceder al hackear una cuenta y qué recursos tienes para evitarlo.
Nuestras bandejas de entrada y salida son auténticas fuentes de información personal que, en ocasiones, puede ser muy sensible. No en vano, las comunicaciones por esta vía se han generalizado. Ello incluye el ámbito financiero, remitiendo a los usuarios las condiciones de los productos bancarios contratados por vía ‘online’ (al igual que los extractos mensuales de las cuentas y otras notificaciones).
De igual modo, todas nuestras suscripciones a boletines de noticias, organizaciones y páginas web en general, dicen mucho de nuestros gustos, aficiones y hábitos de consumo. Toda esta información puede ser explotada ilícitamente de diferentes maneras.
Las consecuencias de que nuestro correo sea pirateado son muy dispares. Por ello destacamos las más comunes en función del tipo:
El Spam es el bombardeo de mensajes no deseados en una cuenta de correo electrónico. Tal y como apuntábamos con anterioridad, los piratas pueden comprobar cuáles son nuestras preferencias de consumo. En base a ello pueden intentar condicionarnos en futuras compras con abundante información comercial o incluso intentar manipularnos con noticias falsas o fake news.
Es importante no abrir los mails de spam ya que pueden contener malware o tácticas de phishing.
Aquí los riesgos suben varios peldaños. El delincuente utiliza nuestra dirección de correo para dañar nuestra reputación. Generalmente, se trata de venganzas personales en las que el hacker se hace pasar por otra persona y la deja en mal lugar deliberadamente.
Se trata de un capítulo bastante relacionado con el anterior. El hacker busca el acceso a nuestra dirección de mail motivado por un afán exclusivamente destructivo. Así, se procedería a eliminar la totalidad o parte de nuestros correos.
En uno de los escenarios más graves. El atacante hace uso de información personal para cometer delitos financieros. Por ejemplo, es fácil extraer información si contamos con alguna carpeta destinada a almacenar contraseñas y claves de acceso a diferentes servicios (hábito muy poco recomendable). A partir de ahí, los delincuentes pueden realizar compras u ordenar cargos en nuestra cuenta bancaria.
Este procedimiento es una suerte de trampa que se tiende a los internautas para que faciliten diferentes datos de manera inconsciente. Un método similar es el de los formularios que surgen aparentemente de la nada, haciéndose pasar por una empresa de confianza. Lógicamente, una seguridad deficiente es otra fuente de problemas.
La posibilidad de que el cartero extravíe una misiva importante es ya bastante remota. Hoy en día los riesgos provienen de los ataques informáticos. Por eso para construir una vida segura en Internet hay que prestar la debida atención a aquellos espacios en los que almacenamos más información. Refuerza la seguridad para recibir solamente buenas noticias en tu correo.
Si este contenido te ha resultado interesante, puede que también te apetezca saber: