Índice de contenidos
A día de hoy la domótica está presente en la mayoría de hogares. Desde una smart TV hasta casas completamente automatizadas, el abanico de opciones es realmente extenso. Sin embargo, los orígenes de esta tecnología son mucho más humildes. Hoy veremos cómo nace y cuál ha sido la evolución de la domótica a lo largo del último siglo.
Infórmate sobre qué es la domótica un poco más en profundidad
Los primeros electrodomésticos llegan a principios del siglo XX, concretamente en el año 1903. Así pues, por primera vez, las máquinas hacen las tareas del hogar.
No obstante, a finales del siglo IXX ya existían máquinas capaces de realizar ciertos trabajos cotidianos. Por ejemplo, aunque eran escasas, ya existían las primeras aspirados. Estas funcionaban a motor de combustible y eran realmente engorrosas. Muchas estaban destinadas al uso industrial o para casas de grandes señores o nobles.
Es por eso que los electrodomésticos fueron revolucionarios: eran mucho más manejables, requerían muchos menos recursos para poder usarse y empezaban a ser objetos asequibles para una familia media.
No fue hasta 1903 cuando se comenzaron a expandir los electrodomésticos. Su característica diferencial es que son máquinas que funcionan con electricidad. Esto las hacía mucho más manejables, sencillas y prácticas, de ahí su éxito y expansión.
Descubre qué electrodomésticos del hogar emiten más radiación electromagnética
En 1966 se comercializa el primer dispositivo capaz de controlar varias tareas del hogar por sí solas. Se trata de un ordenador del tamaño de una habitación llamado ECHO IV. Era capaz de controlar la televisión, la temperatura del hogar o programar el despertador, entre otras tareas. A pesar de ello, resultaba muy aparatoso por el gran espacio que ocupaba y por la dificultad de uso. Por esa razón el producto nunca llegó a triunfar y quedó como un intento memorable.
No obstante, se trataba de una tecnología muy adelantada a su época. Así pues, captó la atención de muchos investigadores y sentó las bases de lo que sería la domótica actual.
A partir de los años 90 se popularizan servicios como la teleasistencia, conectada a centralitas remotas. Este tipo de servicios vieron su esplendor gracias al “boom” de Internet en 1998, que permitió mejorar una gran cantidad de servicios.
Desde ese momento hasta el año 2006, e incluso hasta la actualidad, todos los electrodomésticos del hogar han ido adaptándose al Internet de las Cosas (IoT). Es decir, se han adaptado para poder conectarse a Internet de modo que muchos cuenten con funciones remotas y se adapten a determinadas variables, ya sean predeterminadas o modificables. Un ejemplo son los aires acondicionados que según la previsión del tiempo en determinadas páginas web adaptan la humedad y temperatura del hogar.
Si bien Internet revolucionó el mundo en 1998, la aparición del primer smartphone revolucionó Internet en 2007. Desde entonces todos los servicios del hogar y de la vida cotidiana se han pensado en torno a las ventajas de los dispositivos inteligentes.
Así pues, desde que llegase el primer smartphone hasta hoy en día han surgido infinidad de apps y funciones que permiten hacer todo lo que un usuario se pueda imaginar. No en vano, en la actualidad una casa se puede controlar casi en su totalidad desde el móvil.
Por ejemplo, si cuentas con una alarma Prosegur, podrás activarla, programarla, ver vídeos y mucho más gracias a la app Smart.
Además, es difícil encontrar un hogar que no cuente con alguna Smart TV. De hecho, el desarrollo tecnológico está avanzando tanto que ya es común encontrar dispositivos conectados a alguna herramienta de Inteligencia Artifical como Siri o Cortana.
Es el caso de los nuevos altavoces inteligentes, los cuales se podrían denominar como centros de mando controlados por una Inteligencia Artificial.
Descubre cómo afecta la Inteligencia Artificial a la seguridad de los negocios
Más allá de la conexión de Internet a todos lo objetos posibles y de las apps capaces de controlarlo todo, en el futuro cercano se espera que se popularicen, entre otras cosas, las camas inteligentes, los platos de ducha domóticos o las impresoras 3D.
Este tipo de dispositivos adaptarían su forma, temperatura y rigidez según las necesidades del usuario, midiendo su ritmo cardiáco, analizando las fases y calidad de su sueño, etc. Además, se podrán configurar para que nos despierten de manera agradable y para optimizar al máximo nuestras horas de sueño.
También empiezan a tener mucho tirón los platos de ducha domóticos. Se espera que estos dispositivos funcionen de manera similar a una cama, adaptando su temperatura e intensidad para que el usuario se sienta lo más cómodo posible. También se podrán añadir funciones interesantes como medición de la masa corporal, detección de fiebre, etc.
Por último, aunque todavía se encuentre en una fase muy primitiva, las impresoras 3D también prometen aportar mucho a la comodidad del hogar. Falta que esta tecnología se abarate y se popularice lo suficiente, no obstante puede ser la próxima gran revolución de la tecnología para el hogar.
Si este contenido te ha resultado interesante, puede que también te apetezca leer: