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Los detectores de gas y los sensores de humo constituyen una de las medidas de seguridad básicas en cualquier espacio. Sirven para protegernos de alguna fuga de gas y para prevenir o detectar posibles incendios. Por eso, hoy vamos a analizar los diferentes tipos de detectores de gas natural y de humo y la mejor manera de instalarlos.
Existe una amplia variedad de detectores de gas y humo. Estos pueden elegirse en función de las características del espacio que debe protegerse y las necesidades del usuario.
También conocidos como detectores ópticos. Existen dos tipos:
Este sistema ioniza el aire con dos placas conectadas entre sí por una corriente eléctrica. Cuando el aire incluye pequeñas partículas, las placas se separan e interrumpen la corriente, lo cual dispara la alarma. Es un sistema más económico que el anterior.
Existen otros tipos de sensores cuyo uso está menos extendido son:
Los detectores convencionales suelen instalarse en los techos porque es hacia donde se dirige el humo durante el proceso de combustión. De este modo, nada más iniciarse el incendio, los detectores constatarán la presencia de humo en el ambiente y procederán a activar la alarma.
En algunos casos, la alarma va unida a un sistema de rociadores automáticos, que sofocan el incendio. Lógicamente, todos estos dispositivos tienen que instalarse en el techo. En el caso del sensor de gas, su ubicación está condicionada por el tipo de gas que se quiera detectar.
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En el caso del gas natural, lo más aconsejable es situar los sensores en paredes libres de obstáculos. Específicamente, a unos 30 cm por debajo del techo y a otros 30 cm de la esquina más próxima.
Por supuesto, independientemente del tipo de detector, hay que seguir unas normas básicas de instalación:
Existen diferentes normativas comunitarias sobre las distancias necesarias según los metros cuadrados del local. Así, en espacios iguales o inferiores a 60 m2, los sensores no deberían presentar una separación superior a los 6 metros.
No obstante, hay que poner los detectores de humo a menos de 6 metros en:
Conviene recordar que los sensores de humo son sistemas de seguridad preventiva. Para garantizar su eficacia, es necesario combinarlos con extintores, rociadores automáticos y otros sistemas contra incendios.
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