Una de las tecnologías que más avances presenta en el mundo de la seguridad moderna es la de las cámaras térmicas, que básicamente aportan la capacidad de realizar tareas de vigilancia por vídeo en entornos de oscuridad, niebla, lluvia y otras influencias restrictivas de la visibilidad.
Ha pasado casi un siglo desde que en 1929 un físico húngaro inventara la primera cámara de televisión electrónica sensible a los infrarrojos. El objetivo –entonces- era crear un dispositivo de visión nocturna para la defensa aérea en Gran Bretaña.
Hoy, los avances aplicados han convertido a esta tecnología en una solución ideal para necesidades de seguridad muy específicas.
¿Qué son las cámaras termográficas?
En pocas palabras, podríamos decir que las cámaras térmicas no «ven», sino que proporcionan una representación del entorno, convirtiendo la radiación infrarroja en imágenes.
La termografía parte del hecho de que la luz irradia más allá del espectro visible. Todos los objetos y seres vivos con una temperatura superior al cero absoluto (-273 °C) emiten esta radiación, conocida como infrarrojo.
La tecnología permite que, a partir de esos infrarrojos, sea posible construir imágenes del entorno sin luz visible.
La cantidad de radiación infrarroja emitida depende de varios factores, como por ejemplo la temperatura, de tal modo que una superficie fría se percibe de manera diferente a un ser humano. También hay diferencias en cuanto a superficie, incluso con variables respecto a su dureza y forma, y materiales. Por ejemplo, la piel humana tiene un espectro muy distinto al del acero.
Ventajas y desventajas del uso de cámaras térmicas
Entre las principales ventajas de la instalación de cámaras térmicas podríamos destacar de manera especial tres:
- Trabajan en la oscuridad total y proporcionan imágenes que permiten detectar actividades sospechosas y tomar las medidas adecuadas. También en condiciones adversas provocadas por humo, niebla, polvo o neblina. Esto sería impensable, por ejemplo, con los dispositivos de seguridad de visión nocturna, que lo que hacen es amplificar la luz residual existente.
- Al no requerir iluminación adicional para cumplir con su objetivo, otra ventaja evidente es la económica, en cuanto a que se evitarán costes añadidos de instalación y consumo.
- La tecnología térmica permite el análisis de vídeo de alto rendimiento y supera algunos de los problemas habituales de los detectores de movimiento. Esto da como resultado disparadores altamente precisos para cables trampa, zonas de exclusión y alarmas de temperatura, proporcionando una tasa mucho menor de falsas alarmas. Con cámaras térmicas, ramas arrastradas por el viento, ciervos que chocan contra una cerca o insectos en la lente de la cámara ya no activan las alarmas no deseadas.
Como desventajas cabría señalar que este tipo de tecnología impide identificar a las personas al no poder mostrar su rostro.
¿Para qué usos son necesarias?
La fiabilidad de cualquier cámara como solución de detección de intrusos radica en el análisis de vídeo, que emplea algoritmos predeterminados para procesar imágenes digitales en un intento de identificar objetos o actividades de interés.
La analítica de vídeo puede ser útil, pero dependerá siempre de la luz disponible, lo que hace que en determinados entornos la solución pase por el empleo de cámaras térmicas.
Protección del perímetro
La protección del perímetro de viviendas o instalaciones industriales representa uno de los usos más habituales y efectivos en los que se emplean cámaras termográficas.
Un generador de imágenes térmicas puede seguir detectando el movimiento y permitir a los equipos de seguridad una visión clara de los objetos, vehículos e intrusos, incluso si están vestidos completamente de negro o camuflados. Esta tecnología es particularmente útil en zonas de seguridad críticas, como los aeropuertos, estaciones e instalaciones similares, pero también en granjas y empresas de todo tipo.
Grandes distancias
Con una adecuada instalación, las cámaras térmicas son capaces de detectar presencia humana a cientos e incluso miles de metros. Esto las convierte en la solución adecuada para la monitorización de grandes espacios exteriores, como por ejemplo fincas.
Espacios con obstáculos
También resultan especialmente útiles en espacios donde los obstáculos representan una amenaza a la visibilidad clara. Por ejemplo, un intruso ubicado en un área densamente arbolada sería difícil de detectar utilizando una cámara convencional. Sin embargo, con una que utilice tecnología termográfica la persona sería claramente visible debido a su firma de calor.
Proteger la privacidad
¿Puede estar vigilado y seguro un espacio que requiera protección por razones de privacidad? Con este tipo de dispositivos, sí, puesto que no identifican a las personas, sino solo su presencia.
Sistema antiincendios
Los bomberos suelen hacer uso de sistemas de termografía para visualizar con claridad la presencia humana en incendios. Pero también, por ejemplo, su uso se ha extendido a locales como medida de prevención. De este modo, podrán identificar a personas incluso a través del humo.
En conclusión
Como hemos visto, las cámaras térmicas representan una solución idónea para usos muy concretos de protección de una casa. Se muestra así como una perfecta alternativa para espacios donde la oscuridad, las grandes distancias o la necesidad de privacidad requieren garantizar protección. No obstante, y para que esas posibilidades reales cumplan fielmente con su objetivo, se requiere de una instalación profesional por parte de empresas especializadas en seguridad, capaces de garantizar toda la operativa.
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