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Pese a que incluso la caja fuerte más segura parece saltar por los aires con aparente facilidad en algunas películas disparatadas de Hollywood, la verdad es que pocos espacios resultan tan seguros para custodiar bienes valiosos.
Si estás pensando en instalar una caja fuerte en tu negocio, ten presenten que hay muchas opciones con diferentes niveles de utilidad para ti.
A la hora de diferenciar los tipos de cajas fuertes que ofrece el mercado, debemos hacerlo teniendo en cuenta:
En este sentido, la diferenciación quedaría de la siguiente manera:
Los principales tipos de caja fuerte son:
Se trata de la caja fuerte más común. Se caracteriza por ser una caja funcional que facilita un acceso rápido a su contenido. Puede usarse para proteger oficinas o viviendas, y es muy común en habitaciones de hotel.
Se diferencian por su movilidad. No obstante, se puede anclar a la pared o al suelo.
Es la más habitual (y la más famosa en el cine) y puede estar presente en cualquier tipo de negocio.
Su instalación requiere realizar una pequeña obra para incrustarla en la pared, así que su uso se desaconseja en lugares pequeños. Tiene la ventaja de que es muy difícil sustraerla de una sola pieza si el ladrón no fuera capaz de abrirla in situ. No obstante, es vulnerable al método butrón.
Es muy similar a la caja fuerte empotrada, pero cuenta con una pequeña abertura lateral. Así se pueden introducir billetes o documentos.
Resulta muy útil en oficinas y en negocios que manejen mucho dinero en efectivo.
Está diseñada para ser colocada en altura o en el interior de un armario o cajón. Se recomienda en negocios pequeños y para la custodia de documentos importantes. Su gran ventaja es que es la más fácil de camuflar.
Los negocios con mayor riesgo de incendio (restaurantes, fábricas…) pueden optar por cajas de seguridad resistentes al fuego. También evitan que en su interior se alcancen temperaturas altas que podrían dañar el contenido.
Si tenemos en cuenta el nivel de seguridad y su forma de funcionar, las cajas fuertes se catalogan como:
Suelen combinar acero y hormigón y cuentan con distintos sistemas de apertura. Las llaves, las combinaciones mecánicas y las claves electrónicas son las medidas de seguridad más habituales para proteger el contenido. No obstante, ya empiezan a proliferar las cajas de seguridad que hacen uso de las contraseñas biométricas.
Suele presentar un nivel de protección inferior en cuanto a sus características técnicas, pero su diseño discreto hace que, en muchas ocasiones, pase desapercibida para los ladrones. Perfecta para pequeños despachos u oficinas.
Es un tipo de caja de seguridad muy específico porque permite ajustar la temperatura interna en función de las características de los bienes custodiados. Muy útil para restaurantes de alta cocina donde hay ingredientes de alto valor, por ejemplo, o en museos donde es necesario conservar una pieza en unas condiciones específicas.
Es una auténtica caja acorazada porque cuenta con dos puertas y diferentes sistemas de control de acceso, a veces combinados entre sí. Además utilizan aleaciones de material difíciles de penetrar y son difíciles de transportar, lo que evita que se robe si no se consigue abrir.
A modo de conclusión, este es un posible ranking de las cajas fuertes más seguras que puedes encontrar, de acuerdo con tus criterios de búsqueda:
Con diferencia, la caja fuerte de alta seguridad se impone sobre el resto. Le seguiría en segunda posición la caja fuerte ignífuga empotrada.
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Una tienda pequeña sacará más provecho a cajas fuertes convencionales, de zócalo o, incluso, de sobremesa. En este sentido, la más recomendable sería una caja fuerte de sobremesa anclada a la pared.
Las cajas de sobremesa y las de zócalo son las más asequibles del mercado. Aunque si lo que buscamos es un equilibrio entre calidad-precio es mejor la caja fuerte empotrada.
En conclusión, si estás pensando comprar una caja fuerte ten en cuenta las necesidades de tu negocio y aquello que quieres proteger. A pesar de todo, una caja fuerte no es un método infalible. Si el ladrón tiene el tiempo suficiente podrá abrir cualquier tipo de caja.
Por ese motivo, es recomendable instalar sensores sísmicos (que detectan intentos de penetrar en una caja fuerte) conectados a una alarma de seguridad. También es óptimo contar con un sistema de videovigilancia conectada a una Central Receptora de Alarmas. De este modo, si sufres un intento de robo los ladrones tendrán el menor tiempo posible para actuar.
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