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El alquiler siempre ha sido una de las opciones preferentes para encontrar una vivienda a medida. Sin embargo, los contratos de arrendamiento pueden ser tanto la mayor garantía de tranquilidad como una fuente inagotable de sorpresas.
Debes informarte sobre la ciudad en la que vas a vivir y saber si es un una de las ciudades más seguras de España o si se trata de uno de los municipios más peligrosos. Además, hay que estar al tanto de la terminología del negocio y de las posibles estafas. Una vez hayas comprobado todo esto, es el momento de saber qué pasos seguir para convertirte en arrendatario con las mejores condiciones.
La principal diferencia en entre el arrendador y el arrendatario es que el primero es el dueño del inmueble, mientras que el segundo es quien alquila, o arrenda, dicha propiedad.
Los anuncios de pisos exaltan las virtudes de los mismos y dirigen nuestra atención a sus puntos más llamativos. Abstrayéndose de esta presión publicitaria, conviene revisar que el inmueble disponga de las medidas de seguridad pertinentes. Estas serían algunos de los detalles en los que debes fijarte si quieres una vida segura en una casa de alquiler:
Independientemente de la ubicación de la propiedad, este sistema es básico para reforzar la seguridad del hogar. En las puertas es indispensable para evitar amenazas como el bumping. En ventanas es menos común, no obstante, si encuentras una casa con ventanas de seguridad, tenla como una buena opción.
Sería un punto menos determinante que el anterior ya que pocas viviendas en alquiler incluyen esta característica. No obstante, la disponibilidad de sistemas de detección avanzados (videoalarmas, domótica en general…) es un gran plus. Sobra mencionar que todo sistema de seguridad actúa, asimismo, como un elemento disuasorio para los ladrones.
Si el inmueble cuenta con alarma, asegúrate de que es eficaz. Cerciórate de que no deja puntos ciegos y de que te da información en tiempo real de cuanto sucede en la vivienda.
Revisa el piso en busca de posibles peligros. Esto incluye ver que todos los cerramientos están en perfecto estado o que la terraza no es de fácil acceso desde la calle. También es esencial asegurarse de que no existen fugas de gas ni de que los enchufes sueltan chispas, ya que esto puede generar incendios.
La firma del contrato no es uno más de los trámites que puedes despachar de manera casi mecánica. El acuerdo tiene que reflejar claramente cuáles son las situaciones en las que el propietario o el inquilino tienen que responder por fallos en los sistemas de seguridad. Lo más recomendable en este sentido es que el contrato incluya, dentro del seguro para desperfectos, una cláusula que permita responder a posibles allanamientos.
En cualquier caso, los residentes son los responsables de mantener la seguridad de la vivienda en prácticamente todos los casos. De ahí que sea tan importante inspeccionar en detalle las características del inmueble y, llegado el caso, exigir mayores inversiones en el mismo antes de firmar el contrato.
Uno de los requisitos del alquiler más básicos es evitar situaciones en las que el inquilino quede en franca posición de desventaja. Por ejemplo:
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En suma, las claves para poder alquilar un piso con absoluta tranquilidad pasan por disponer de un contrato de arrendamiento claro y completo y por no tomar decisiones bajo presión. Dedícale algo de tiempo y te asegurarás de que tu contrato es transparente. Además, aunque visitar pisos y casas puede ser una tarea estresante, se paciente. Busca la opción que mejor se adapte a ti. Un hogar seguro empieza siempre en vivir cómodo y tranquilo.
Por otra parte, piensa bien en cómo invertir tu dinero en tu nueva vivienda. Si sabes cómo gastan los españoles su dinero en seguridad, también sabrás que lo hacen por que una vivienda protegida te aporta algo más que el valor económico. Te aporta el valor de la tranquilidad.
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