El principio es sencillo: no se puede robar lo que no se puede ver. Las alarmas antirrobo con humo se han convertido en una solución perfecta para acabar con los planes de intrusos y ladrones, que pretenden llevarse objetos de valor de nuestros hogares.
Su funcionamiento permite que, cuando se detecta una amenaza, desprendan una densa cortina de humo que tiene como objetivo restar de manera evidente su visibilidad e incluso provocar su desorientación.
Combinado con un buen sistema de vigilancia, este tipo de equipamiento representa una excelente solución para generar nerviosismo en los amantes de lo ajeno, obligándoles al menos alterar sus planes.
¿Cómo funcionan las alarmas de humo?
Los sistemas antirrobo con humo disponen de alta tecnología, revisada por personal especializado, y están conectados a la Central Receptora de Alarmas. De este modo, una vez detectada la presencia de personas no autorizadas, se activan al instante, gracias a los sensores y refuerzos perimetrales.
El sistema se compone de dos partes: por un lado los detectores y, por otro, el cañón de humo. Cuando este entra en acción provoca una repentina y poderosa generación de niebla que sacude y confunde a cualquier intruso, obligándolo a abandonar la propiedad antes de que pueda robar objetos de valor.
200 metros cuadrados en 15 segundos
Mediante este equipamiento se llena de humo cualquier espacio de la vivienda en apenas unos segundos. Por ejemplo, bastarían apenas 15 segundos para cubrir de humo una dependencia de 200 metros cuadrados.
Además, y gracias a su especial densidad, el humo permanecerá inalterable durante una hora en espacios no ventilados. Tiempo más que suficiente para que acudan al lugar las fuerzas de seguridad, avisadas en el mismo momento en que se detecta la presencia no autorizada.
Doble confirmación
La mayor parte de los equipos de humo que se ofrecen hoy en día tienen incorporados circuitos de confirmación de intrusión (medios de retardo, que protegen al sistema de la activación antes de que la señal sea confirmada de nuevo o por otro sensor).
A través de ellos se verifica la presencia intrusa antes de que el sistema se active, lo que impide que le afecten las falsas alarmas. El humo se activará, por lo tanto, cuando se produzca esa doble confirmación.
¿Por qué contratar una alarma antirrobo con humo?
Ya hemos citado algunas de las indudables ventajas que aporta esta solución a la seguridad del hogar. Conviene señalar, no obstante, que no son las únicas, razón por la cual cada vez son más populares.
Entre las principales ventajas podemos destacar:
- Consigue que el robo se detenga tan pronto como comienza, tras limitar la visibilidad de los ladrones a menos de un metro.
- Permite que las fuerzas de seguridad dispongan de más tiempo para llegar al lugar y detener a los intrusos.
- Se adapta a la perfección a cualquier estancia.
- Resultados eficientes y costes más bajos que otros sistemas.
- Comodidad: los sistemas de niebla avanzados disponen ya de un nivel de carga que permite cinco emisiones.
¿Es dañina la niebla que producen los cañones?
El único cometido de un sistema antirrobo de humo es provocar la ausencia de visibilidad. Por lo tanto, la niebla no produce ningún tipo de daño, ni a las personas ni a los alimentos del hogar. Es inocua y no deja ningún residuo.
Por lo tanto, no existe posibilidad irritabilidad en los seres humanos o animales ni de contaminación o daño en la propiedad.
El diámetro de las partículas de humo formadas, en promedio, es de 0,2-3 micrones, lo que supone cifras hasta 100 veces inferiores a las del humo normal.
Ese menor tamaño de las partículas hace que el humo sea más seco, más denso y resistente y que se disperse más lentamente.
Instalación de un sistema antirrobo con humo
El proceso de instalación de esos sistemas consta de varios pasos. Tras estimar el tamaño y el formato de la sala vigilada, se diseñan los lugares de instalación de los generadores de humo y se seleccionan los dispositivos y accesorios.
Después se lleva a cabo la instalación como tal, conectando el sistema al Centro Receptor de Alarma y ajustándolo. El proceso concluye con una prueba de funcionamiento.
Una vez instalado, y por norma general, basta con una comprobación rutinaria cada 1-2 años, que servirá además para sustituir el líquido del cañón.
Conclusión
Durante mucho tiempo, los sistemas de seguridad de cortina de humo sólo se han utilizado para proteger objetos muy caros y de estatus. Pero la tecnología está mejorando, la demanda crece, tanto en el ámbito particular como en el de los negocios, y la instalación de equipamientos se hace más asequible año tras año. En conclusión, hoy se ha convertido en una solución muy interesante para lograr el objetivo final, que no es otro que inducir al error, generar desconcierto entre los ladrones y, sobre todo, evitar que consigan su botín.
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